CESAR, DE AGUACERO Y RECUERDO
Cuánto ha mentido este mundo
desde las pupilas irritadas al dolor mismo;
de una vereda a otra, a otro umbral.
Y cuánto hay de quieto en la vida...
Aborrezco el número infame
ante la fuerza del corazón.
Ay de nosotros, César.
Ay del espanto, del confín celeste
y de la hora que no sirve.
domingo, 28 de septiembre de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario