miércoles, 23 de abril de 2008

CANALS/VERANDI/BUSCH (18-04-08)

COMO SABER
Madre:
es tu desamparada criatura
quien te llama...
Olga Orozco

Cómo saber si en transmutado acento
tu esencia sigue fiel a nuestro lado;
si en otra dimensión del pensamiento
giras en torno de lo que has amado.

¿Por qué, aunque te piense, ya no siento
la segura bondad de tu cuidado?
¿Cómo, si eres latido en el aliento,
no percibo tu imagen a mi lado?

Será, tal vez, que desvelada en llanto
olvido, para eterno desencanto,
que me atormento en una empresa vana:

busco tu voz, tu ser materializo,
y puede ser tu amor, el tierno hechizo
de una rosa asomada a mi ventana. Lily Canals

1492
"Una isla bien llana y muy
grande y de árboles muy
verdes, y muchas aguas y
una laguna en medio y
toda ella verde..." (Cristóbal Colón)

Las naturales se pintan los pechos los ojos las uñas
hay volcanes ceniceros azules en mesas de paño verde
en una playa de trigo comen tres tigres.
Palabras de oro a la deriva
con ecosonda equivocada.
Cuántas maneras de hacer el amor de pie
sin tirarse en las penínsulas
desenrrolladas para recibir
terrores
estandartes
la señal de la cruz.

Las naturales exhalan como fruterías al
soplo de los alisios, la redondez de la tierra
favorece estos encuentros, borra
las babas que les dejan en la piel
los pájaros
los felinos
los dioses.

La pirámide del Sol en Teotihuacan
tiene 128 escalones que no llevan a ninguna parte. Mario Verandi

DOS POEMAS CON UN LLANTO
I
Quiero llegar a ti, oh sumergida,
como una agonía de pájaro en otoño más allá de las ramas derribadas,
como una hoja desterrada circulando por calles amarillas,
poniendo el corazón hacia el milagro
de grises territorios y azucenas,
o sintiendo que tus pasos persuadidos circulan largamente por mi sombra,
con el cadáver de un pájaro en tus manos
rompiendo las lejanas palabras salitrosas.

Yo solo digo la breve antigüedad de mi desvelo
con mi boca invadida de cenizas
como abejas lloviéndome en la tarde;
yo voy hablando de espumas, de palomas,
de una llovizna apenas,
y caigo limpiamente hacia tu nombre rodeándome de fábulas,
de cosas extrañamente tristes
o sueños amarillos
para llegar a ti volcándome en campanas detenidas,
y en este tiempo breve que dijeron tus peces
-tu obstinación de vuelo y ahondada golondrina de naufragio-
con mis sueños demorándose en manzanas
y el corazón acostumbrado al musgo.

Quiero llegar a ti,
sirena de la sangre detenida.
en desgarrada ceniza o amapola
golpeando el corazón de las guitarras. Alfredo Omar Busch

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