sábado, 24 de mayo de 2008

HORACIO PRELER

OTRO DIA

Sólo amamos las palabras sencillas del verano.
El agua corre por los campos
y el cuerpo se desliza por las horas,
como el hueso colocado sobre otro hueso
o el viento cuando acaricia los jardines.
El ojo sueña que otro ojo lo mira
y descubre el paisaje y el árbol y la nube.
Sobre nuestras cabezas hay un resplandor
desconocido
que purifica los puentes de la noche.
Debajo, sobre el lecho del río,
una gaviota tiene en su pico un pez
que ha robado a las aguas del tiempo. (De "Zona de entendimiento", 1999)

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