sábado, 27 de septiembre de 2008

PARA EL REGRESO

Hablen de otra esperanza
cuando la noche acalle su profunda
elegía, pulsada
en la cuerda luminosa de mi sangre.

Hablen de sortilegios
cabalgando con la agonía crepuscular
hacia pupilas
donde aliente un vino nuevo.

Hablen a las palomas
y a quienes dejaron su adiós
en rincones profanados
cerca del miedo impuesto por costumbre.

Y reclamen a voces
aquel amor ciego,
tanta locura
vecina del sol a mediodía.

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